Aprender a hacerse bien a si mismo
a veces es mas difícil que
aprender a hacer el bien a otros.
John Lennon
El chakra cardíaco es el lugar de nuestro Ser
donde se unen el cielo y la Tierra, el amor humano y el amor divino. Es donde
procesamos los sentimientos más elevados de amor, bondad, compasión, perdón,
generosidad, y también el dolor.
En ese centro de energía guardamos nuestros
registros emocionales y, desde ahí pulsan. A veces no sabemos por qué ante una situación
que no es tan grande, nos desestabiliza tanto. Es probable que haya acumuladas memorias,
registros, quantums emocionales, que no fueron procesados en su momento y que
al suceder algo que las despierta, se activan, esperando la oportunidad de ser procesadas.
Cuando nacemos nuestro corazón está abierto y
radiante. Nos abrimos a quienes nos cuidan y nos entregamos con toda nuestra
inocencia. Pero a medida que vivimos situaciones traumáticas, como forma de protegernos,
vamos creando corazas. Sentimos que si nuestro corazón está un poco más
cerrado, estamos más protegidos.
Cerramos el corazón para no sentir dolor,
angustia, tristeza. Pero las emociones tienen una función y esperan, pacientemente,
el momento en que nos dispongamos a sentirlas. No se disuelven por negarlas o
evadirlas. Cuando tapamos lo que sentimos, de alguna manera tapamos el canal
por donde fluye el amor. Porque el canal
por donde sentimos el dolor es el mismo por el que sentimos amor. Así, nuestra constitución
energética y la vida nos enseñan que una de las experiencias intrínsecas de la condición
humana es la de sentir nuestras emociones, incluyendo el dolor, el sufrimiento,
el placer y la dicha. Todo.
Muchas veces pensamos en la experiencia de
amar como amar a alguien, direccionando el flujo del amor de adentro hacia
afuera. Y también la recepción del amor como una energía que nos da otro/a y
entra de afuera hacia adentro. Qué pasaría si trascendemos esa idea y empezamos
a darnos el amor que hay en nuestro interior?
Cuando empezamos a amarnos iniciamos un camino
lleno de coherencia. Ocupamos el lugar que vinimos a ocupar, hacemos lo que
vinimos a hacer.
Cuando nos amamos de verdad, dejamos de sentir
peligro en amar y ser amados. Porque pase lo que pase, el amor sigue presente
en nuestras vidas, de esa fuente pura e inagotable a la que todos tenemos
acceso. No importa si no sabes donde esta esa fuente. Tiene millones de
sucursales. En tu corazón hay una de ellas.
En el curso Corazón Radiante, primer pulso,
abordaremos este tema en profundidad, creando un espacio propicio para que te
encuentres con la sabiduría y el amor de tu propio corazón.
Es el sábado 22 de septiembre, en sincronía con
el inicio de la primavera, con la intención de que nuestro corazón florezca.
Las inscripciones ya están abiertas.
+info: 11 3158 7536
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invito a dejar tus comentarios, experiencias, propuestas, para nutrir este blog con tu aporte. Tu feedback es super bienvenido.
Muchas gracias por participar!