31 ago 2018

Cuando todo se derrumba



Cuando todo se derrumba te das cuenta que nada es seguro, que todo puede fallar en cualquier momento. Que las fórmulas de éxito eran una gran ilusión y que lo único que te queda es encontrarte con eso que sos y que persiste, mas allá de lo que estés viviendo. Que el mayor regalo que te podes hacer es ser coherente entre tu sentir y tu accionar.

Cuando lo que te daba seguridad, deja de estar, tenés la maravillosa oportunidad de ver cuáles eran tus muletas. Sobre qué relación, trabajo, creencias estabas estructurando tu identidad. Las muletas se rompen y seguís con vida… es doloroso y, al mismo tiempo, maravilloso poder ver que hay más.

Cuando todo se derrumba podes ver la jaula en la que te encerraste, los límites que te creaste, los miedos que tapaste.

Y en esos momentos, lo que te sostiene es la ternura, el amor, el abrazo sincero. Volver a lo simple, a la certeza de que nada es permanente, nada es seguro y que no nos queda otra que aprender a relacionarnos con el misterio y la incertidumbre. Desde esa aceptación nace la verdadera libertad.